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“La muerte es el visitante que siempre es extraño y nunca deseado. La muerte física es una despedida entre muchas. La muerte física, para los creyentes, no es un adiós para siempre sino un hasta luego”-(Boletín Parroquial No.26).
“Cuando un político muere, mucha gente acude a su entierro. Pero lo hacen para estar completamente seguros de que se encuentra de verdad bajo tierra”. (Georges Benjamin Clemenceau -1841-1929- Político y periodista francés).
“La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político” (Aristóteles).
En nuestro país, por el sistema clientelista y corrupto que impera, algunos políticos viven en un mundo de olas gigantescas, de mar crispado, de corrientes submarinas que arrastran, que hunden y hacen zozobrar al que se le interponga en sus aspiraciones. Estos señores, en su andar proselitista, llevan cantos de sirenas por los lugares visitados. Tienen una gran capacidad para maniobrar su existencia, para evitar el soplo de la muerte política.
La moral política fue convocada para existir como resistencia del clientelismo político; pero su convocatoria (ideología) carece de lo necesario para sustentar los principios que le dieron origen.
El gobierno les resuelve
Nuestros políticos, por el lenguaje pomposo al que recurren, tienen la habilidad de obtener respuestas rápidas, seguras, que los mantienen flotando, evitando así zozobrar en época de tempestades. ¡Siempre resuelven sus malestares, soledad y tristeza política! Y es que no existe en nuestra sociedad tempestad que lo lleve a la muerte, porque cuando sus barcas están haciendo agua el gobierno, como es el que les resuelve, les tira un salvavidas. Desde ese momento, entonces, son incondicionales a su salvador.
Estos señores nunca se consideran fracasados. Como dijo Winston Churchill: “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que predijo”.
No debemos de quejarnos si las cosas no funcionan mañana en nuestro país por culpa de los políticos de nuevo cuño quienes, supuestamente, están marcando caminos útiles para la reforma política que actualmente necesita la Nación y que aparentan contar con apoyo de la mayoría.
El político es una criatura que da o facilita poder con paciencia, a su debido tiempo, para beneficio de sus patrocinados. “El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra” (Karl Marx).
El político arribista y oportunista
La mayoría de los políticos sin principios son “arribistas y oportunistas”: Arribistas, porque son personas que quieren progresar en la vida por medios rápidos y sin escrúpulos. Son advenedizos, intrusos, oportunistas, aprovechadores, ambiciosos.
Oportunistas, porque se aprovechan de las oportunidades sin tener en cuenta principios ni convicciones. Son unos aprovechados, sagaces, astutos y especuladores.
La gente necesita canalizar sus necesidades a través de un líder con ideas; de ahí que muchos o todos hablamos de los políticos. Su presencia depende de nosotros. Muchos o todos, estamos de acuerdo en que la actividad política es una condición humana y que no está limitada en el tiempo ni en el espacio.
La vida del político, según ellos, debe de gozar de la eternidad y por lo cual aprecian que ¡No pueden morir!
“La muerte es el visitante que siempre es extraño y nunca deseado. La muerte física es una despedida entre muchas. La muerte física, para los creyentes, no es un adiós para siempre sino un hasta luego”-(Boletín Parroquial No.26).
“Cuando un político muere, mucha gente acude a su entierro. Pero lo hacen para estar completamente seguros de que se encuentra de verdad bajo tierra”. (Georges Benjamin Clemenceau -1841-1929- Político y periodista francés).
“La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político” (Aristóteles).
En nuestro país, por el sistema clientelista y corrupto que impera, algunos políticos viven en un mundo de olas gigantescas, de mar crispado, de corrientes submarinas que arrastran, que hunden y hacen zozobrar al que se le interponga en sus aspiraciones. Estos señores, en su andar proselitista, llevan cantos de sirenas por los lugares visitados. Tienen una gran capacidad para maniobrar su existencia, para evitar el soplo de la muerte política.
La moral política fue convocada para existir como resistencia del clientelismo político; pero su convocatoria (ideología) carece de lo necesario para sustentar los principios que le dieron origen.
El gobierno les resuelve
Nuestros políticos, por el lenguaje pomposo al que recurren, tienen la habilidad de obtener respuestas rápidas, seguras, que los mantienen flotando, evitando así zozobrar en época de tempestades. ¡Siempre resuelven sus malestares, soledad y tristeza política! Y es que no existe en nuestra sociedad tempestad que lo lleve a la muerte, porque cuando sus barcas están haciendo agua el gobierno, como es el que les resuelve, les tira un salvavidas. Desde ese momento, entonces, son incondicionales a su salvador.
Estos señores nunca se consideran fracasados. Como dijo Winston Churchill: “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que predijo”.
No debemos de quejarnos si las cosas no funcionan mañana en nuestro país por culpa de los políticos de nuevo cuño quienes, supuestamente, están marcando caminos útiles para la reforma política que actualmente necesita la Nación y que aparentan contar con apoyo de la mayoría.
El político es una criatura que da o facilita poder con paciencia, a su debido tiempo, para beneficio de sus patrocinados. “El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra” (Karl Marx).
El político arribista y oportunista
La mayoría de los políticos sin principios son “arribistas y oportunistas”: Arribistas, porque son personas que quieren progresar en la vida por medios rápidos y sin escrúpulos. Son advenedizos, intrusos, oportunistas, aprovechadores, ambiciosos.
Oportunistas, porque se aprovechan de las oportunidades sin tener en cuenta principios ni convicciones. Son unos aprovechados, sagaces, astutos y especuladores.
La gente necesita canalizar sus necesidades a través de un líder con ideas; de ahí que muchos o todos hablamos de los políticos. Su presencia depende de nosotros. Muchos o todos, estamos de acuerdo en que la actividad política es una condición humana y que no está limitada en el tiempo ni en el espacio.
La vida del político, según ellos, debe de gozar de la eternidad y por lo cual aprecian que ¡No pueden morir!
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