Un mayo de alegría y felicidad
Lic. Luis Ma. Ruiz Pou
31/05/2009
Hoy 16 de mayo del 2009, celebramos con mucha alegría y llenos de felicidad, el término del vía crucis administrativo al que nos sometió este gobierno. Celebramos el día en que sacamos del templo presidencial al Mesías con todos sus apóstoles corruptos e hipócritas, que marchitaron los ideales de su profesor.
Hoy celebramos con nuestro corazón y espíritu, el restablecimiento de la moral y la ética política, con la esperanza de terminar de una vez y para siempre con el flagelo del clientelismo, padre de la corrupción y la delincuencia política.
Hoy es una fiesta por la asunción de un nuevo huésped en el templo presidencial, que marcará el resurgimiento de la mesura administrativa de las cosas públicas y de vigilar celosamente los tributos del pueblo.
Hoy, pidamos pues a las nuevas autoridades, que nos llenen de las bondades que prometieron durante su campaña, para que vivamos siempre una vida de sinceridad y honestidad, como la que reinó en una época. Hoy, es un día de felicidad y alegría; por eso, oremos:
Porque la promesa del nuevo inquilino del templo presidencial, se torne algo real y practicable para todos los ciudadanos, sin distinción de nacionalidad, religión o color, y así, que cada nuevo grupo de políticos que aparezcan sobre la superficie de esta nación, tengan una versión nueva y actualizada de lo que significa la actividad política como ciencia social.
Porque logremos de esta nueva administración un esclarecimiento de los actos de corrupción, por medio de una justicia eficaz de toda persona que haya estado involucrada en hechos reprochables al administrar las propiedades del pueblo.
Porque logremos hoy, una guía colectiva que sea la solución eficaz a las siempre cambiantes y variadas dificultades de la actividad política en nuestra nación. Hoy, estamos contentos y alegres porque el espíritu de la verdad viene a ayudar a los creyentes de sus líderes a atestiguar de las honestidades en sus actuaciones, como fueron en el pasado las enseñanzas de Bosch y Peña, quienes vivieron en carne propia las desviaciones de sus discípulos.
Juan Bosch y Peña Gómez, nos enseñaron a vivir una vida de integridad en medio de las luchas ideológicas, que durante muchos años, ellos atravesaron una vida tan difícil como la de cualquiera de nosotros. Se preocuparon por la inestable situación social y política del momento. Todo el tiempo supieron del dolor y de la desilusión, al sentirse negados, traicionados y olvidados por sus discípulos; sin embargo, aceptaron dentro de sus organizaciones, el desafío de los ingratos con las realidades mas terribles, hasta el día de sus muertes. Para sus seguidores, ambos aún viven.
La ascensión de esta nueva fuerza, nos alimentará el espíritu y nos llenará de fortaleza. Tenemos la esperanza que van actuar con firmeza y audacia para vencer la maldita tradición de los insaciables corruptos. ¡Tendrán que lanzarse hacia una nueva conquista administrativa!
Este es un gobernante algo agobiante, que nos tiene en situaciones difíciles, llenos de sacrificios, como opio que mantiene adormecidas a las masas, nada mas ajeno a la realidad. Hoy el pueblo romperá las restricciones irracionales y la corrupción institucionalizada.
Al llegar éste día, todos se dieron cuenta del peligro que corrían. Se reunieron en el lugar de siempre para iniciar el peregrinaje electoral. La muchedumbre llena de asombro y alegría se pronunciaron... ¡Tenemos que sacar del templo presidencial a estas autoridades!.. -Al atardecer de ese mismo día- cuando escucharon los primero boletines del Sanedrín electoral, exclamaron: ¡La paz ha retornado hacia nosotros! ¡Hoy es un día de alegría y felicidad!
sábado, 6 de junio de 2009
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