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domingo, 1 de noviembre de 2015

Occidente fracasa en su estrategia de terror en el Medio Oriente

Las continuas derrotas del Daesh o Estado Islámico en manos de las fuerzas rusas y sirias dejan en evidencia la ineficacia del intervencionismo de EEUU y sus aliados en la región

Sergio J. Duque Z/Mireglis Martínez.- Derrota, así podrían definirse los resultados de la intervención occidental en Siria. Los efectos en solo un mes de ataques aéreos rusos sobre el autodenominado Estado Islámico o Daesh han sido lapidarios, pues todos los días surgen noticias sobre el retroceso y deserciones de los yihadistas que se encuentran ante la inminencia de la derrota. Algo que ni Estados Unidos ni sus aliados lograron en un año de bombardeos y con lo que hoy -después de casi cinco años de conflicto- pretenden reivindicarse.

Desde marzo de 2011, cuando se inició el conflicto en Siria, las denuncias sobre la participación de EEUU, sus aliados en Medio Oriente y el Consejo de Cooperación del Golfo en los ataques contra la nación árabe y su presidente Bashar Al-Assad, se hicieron tan frecuentes como las fracasadas resoluciones de EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU contra el gobernante sirio.

Documentos, material audiovisual y abundantes pruebas avalaban estas sospechas. Con el pretexto de derrocar una “tiranía” iniciaron en 2013 el apertrechamiento “oficial” de la oposición devenida en “Ejército Libre”; lo que fue caldo de cultivo para que creciera y proliferara uno de los más sanguinarios y peligrosos grupos terroristas: el Estado Islámico o Daesh.

Daesh. Estado Islámico de Irak
 y el Levante se traduce del árabe “al-Dawla al-Islamiya al-Iraq al-Sham”, cuyas siglas son “Daesh”, y que en dicho idioma significa “algo a lo que hay que aplastar o pisotear”. No es difícil pensar entonces que a los integrantes de este grupo terrorista les ofende esta denominación que llama a su derrota, lo que justamente está logrando el ejército regular sirio con el apoyo de Rusia.

Nacido de la intervención estadounidense en Irak, el grupo integrado por militantes de más de 100 nacionalidades pretende constituir un califato o gran Estado regido por la ley islámica, cuyas fronteras llegarían incluso a los Balcanes y la península ibérica.

Para el embajador sirio en Venezuela, Ghassan Abbas,
 Daesh es “el resultado de un experimento de EEUU y los países occidentales para el control de las riquezas de los países que se oponen a sus planes de dominación. Este grupo hace el trabajo sucio que no pueden hacer sus ejércitos regulares para aterrorizar, no solo a la población del Oriente Medio y África, sino a todos los Estados del mundo”. 

De hecho, como refiere el investigador y analista internacional Raimundo Kabchi, las organizaciones terroristas en Oriente Medio “son auspiciadas por las agencias de inteligencia norteamericanas junto con Inglaterra, Francia, Alemania, Arabia Saudita e Israel, que las financian, adiestran, preparan y arman, todo ello bajo “el papel de lacayos asalariados y sicarios al servicio del imperialismo, del sionismo y de la reacción árabe”, precisó.

Ciertamente, el general estadounidense Wesley Clark, comandante supremo aliado en Europa de 1997 a 2000, reveló a CNN, a principios de 2015, que el Daesh “comenzó a través de la financiación de nuestros amigos y aliados”.
 

Lo que reafirma la actitud de Washington de mantener la política de respaldo al grupo autoproclamado “Ejército Libre de Siria” enfocado en derrocar a Al Assad, cuyos militantes han coincidido en numerosas ocasiones con los de Daesh, a pesar de declararse contrarios. Lo que se suma a la presencia de tropas, eufemísticamente llamados asesores, militares estadounidenses en el terreno -hecho confirmado por el secretario de defensa de ese país, Ashton Carter-, aún a pesar de los avances de las fuerzas regulares sirias con la asesoría iraní y el apoyo de los bombardeos rusos iniciados a finales de septiembre.

Crisis hegemónica.
 De acuerdo con Sergio Rodríguez, internacionalista e investigador, la alianza entre Rusia, Siria, Irán e Irak para combatir al Daesh deja en evidencia que EEUU ha perdido la bandera de la lucha antiterrorista, hecho que le aleja de ser un ordenador de las relaciones internacionales.

Para el analista toda la situación que se plantea actualmente y el doble discurso por parte de EEUU se retrotrae a los atentados del 11-S, aprovechados por su gobierno para establecer un sistema internacional unipolar sustentado en la lucha contra el terrorismo. “Esta bandera le duró unos años pero no pudo sostenerse”, puntualizó.

Recordó que con ese estandarte el gigante del Norte “utilizó su potencial para desestabilizar gobiernos que no le eran afectos y desarrollar un mapa internacional de acuerdo con sus intereses, centrados básicamente en incrementar la venta de armas y atacar países petroleros, de cuyos recursos se iba aprovechando en la medida en que eran ocupados junto a la Otan”.

La crisis de refugiados en Europa y la ineficacia de las estrategias de EEUU y sus aliados en Siria impulsaron el encuentro entre los presidentes Barack Obama de EEUU y su par ruso, Vladimir Putin, en el contexto de la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado. Allí acordaron la necesaria participación del gigante eurasiático -en colaboración con EEUU- en la lucha contra el Daesh para hallar solución al conflicto que ha dejado un saldo de al menos 191 mil muertos, según la ONU.

En clara alusión al rol desempeñado hasta el momento por Occidente, destaca el Mandatario ruso que “es imposible doblegar al terrorismo si se está usando a parte de los terroristas como instrumentos para derrocar regímenes indeseables para ellos (...). Es una ilusión creer que luego sea posible deshacerse de ellos”.

No fue casual entonces que recientemente el ex presidente estadounidense Jimmy Carter reconociera haber entregado a las fuerzas rusas mapas de las posiciones del Daesh en consonancia con este objetivo.
 

Rumbo a la paz. Grupos terroristas asociados a Daesh aún siguen causando grandes daños en las zonas que ocupan en Irak y Siria a pesar del avance de las fuerzas sirias e iraquíes por un lado, al igual que estadounidenses y kurdos por otro lado.

No por ello puede hablarse de desesperanza en la lucha contra el terror. Al contrario, el liderazgo de Putin y su planteamiento de construir la paz con la participación del presidente Al-Assad -con lo que coincide Carter- se traduce en una posibilidad real de derrotar al Daesh, que ha devenido un monstruo que incluso desafía a quienes en su momento les auspiciaron.

Se impone la vía política 

Constituir un frente común contra el Daesh y los grupos radicales que actúan en Siria, fue uno de los acuerdos alcanzados por los representantes de los 20 países reunidos en las rondas de negociaciones sobre la República Árabe en Viena, Austria.

Establecer una lista de estas organizaciones y su ubicación en la geografía de dicho país para poder actuar concertadamente fue la estrategia acordada en el encuentro, cuyos primeros resultados, según Adel El Zabayar, presidente de la Federación de Entidades y Asociaciones Árabes en Venezuela,  “son producto del éxito en el campo de batalla obligando a los enemigos de Siria a retroceder”.

Vale destacar que en las rondas, donde por primera vez participó un representante de Irán, se convino privilegiar la opción política para el conflicto que vive dicho país desde 2011. De este modo, una nueva Constitución y elecciones libres con la observación de la ONU destacaron entre lo concertado en la capital europea, según destacaron los  titulares de exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y John Kerry, de Estados Unidos.

“No tenemos un punto de vista común sobre Al Assad”, aseguró Lavrov, “pero hemos acordado que el futuro político del Estado sirio debe ser resuelto exclusivamente por el pueblo de Siria”. SD

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