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“La fe es un término propio de la religión que se refiere al acto de creer ciegamente en algo, ya sea en una deidad o en un conjunto de asuntos propios de la religión en cuestión” (mi repuesta.com). Indudablemente que este es un concepto abstracto de difícil definición.
Con elocuencia se dice que la fe es la certeza de lo que se espera, porque es la convicción de lo que no se ve, pero que está presente en el desarrollo y manera de actuar de todos los seres humanos. Es, también, algo así como creer en alguien que promete ordenar y desarrollar las cosas.
Lo contrario es la mala fe “que es una forma de mentira. La mentira a secas”. Es el engañar a los demás, es la mentira relativa al mundo de las cosas. Este tipo de mentira puede sernos útil en nuestro trato con las cosas; la mala fe: es la mentira inmanente, el autoengaño; en ella, nos engañamos a nosotros mismos”. Jean Paúl Sastre (1905 – 1980).
Los pueblos, como conglomerado humano, constituyen su conciencia por una especie de combinación de fuerzas, la del estímulo y la que viene del interior del sujeto y es así como se aferran a la fe y creen o descreen según sus aspiraciones.
Todo esto viene a cuento porque en la década del 70, la crisis de ideología e indisciplina sacudió al Partido Revolucionario Dominicano (PRD). El profesor Juan Bosch después de varias contradicciones dentro de la organización con sus dirigentes, renunció bajo el alegato de que allí se perdieron los principios y que sus dirigentes se aburguesaron, por lo que ya no se podía confiar en ellos.
Para ésa época, el pueblo por su honestidad, le profesaba una gran fe al profesor Bosch. Era un ícono de la política dominicana. Aprovechó la creencia que tenía un sector de la población sobre su persona para fundar en 1973 su propia organización sobre la base de liberar a la sociedad del clientelismo político y la corrupción reinante; de ahí el nombre de Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
En el PLD, originalmente, era obligatorio profesar la fe al Marxismo que fue su plataforma para el lanzamiento como organización política; sin embargo, con el paso del tiempo, por la pérdida de la fe a su ideología, entró en una crisis de convicción por las ambivalencias ideológicas de su maestro, forzando la salida de varios miembros fundadores.
Para las elecciones del 1986, el PRD es sumergido en una nueva crisis y pierde el poder. Desde entonces, surge la figura del doctor Leonel Fernández Reyna, joven que descollaba como un gran intelectual y prolífero componedor que se convirtió muy pronto en brazo derecho del profesor Bosch. Por ello la sociedad comenzó a verlo como el sustituto del maestro porque, además, era un fervoroso seguidor de la disciplina y formación bochista. Sin embargo, con el devenir del tiempo, este le pierde la fe al bochismo y decide abrazar la ideología de Balaguer: “La corrupción se para en la puerta de mi despacho”. Ya Peña Gómez, en su momento, lo había señalado como el futuro líder del PLD. La barca de esa organización tendría que navegar bajo su mando.
La historia muestra que hoy, los peledeístas están navegando en un mar político bastante complicado. Una tempestad corrupta de ideología ha sorprendido a esa organización, porque el doctor Leonel Fernández renegó de la fe bochista. Ha tergiversando los ideales de esa organización. Claro, imponiéndose sobre la base de la majestad que da el poder, y no ya por la magia como un ser político que crea seguidores, que se hace líder por su pensamiento y acción.
Por las aseveraciones de Leonel en el famoso seminario “Rol de las Comisiones de Ética en las Instituciones Públicas”, a una parte del pueblo que ha creído en él, se le ha ido debilitando la fe hacia su persona, porque desde la presidencia (1996-2000) se convirtió de liberal a burgués. Inició, así, un proceso de desinformación como método político para sacar ventajas personales.
Debemos de recordar en aniversario del natalicio del profesor Juan Bosch, que en una ocasión, Leonel Fernández planteó en el Congreso Nacional, su teoría, un tanto ambigua, de lo que iba a ser su papel como ente histórico frente al bochismo, cuando dijo: “me permito decir, con esperanza renovada en el futuro, con “fe” en nuestro destino, lo que aquí dije por vez primera con gran fuerza de convicción: ¡En la República Dominicana, definitivamente! “E’Palante Que Vamos”!
sábado, 27 de junio de 2009
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