Image and video hosting by TinyPic

sábado, 11 de febrero de 2006

Alianza Vs. Concertación

pelandoelplatano@gmail.com

Dicen que al que “a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. “Que el enemigo de ayer, es el aliado de hoy”, y que en política el fin justifica el medio. “Todo buen árbol da buen fruto pero el mal árbol da mal fruto” (Mateo 7:17).
Actualmente la sociedad dominicana está viviendo en la edad de los derechos. Sin embargo está olvidando el nacimiento de sus derechos políticos e ideológicos. Todo ser humano tiene derecho a mirar a los ojos de al menos una persona y confiar en ella totalmente, sabiendo que esa persona nunca le hará daño deliberadamente y que sólo buscará su bien. Esa confianza refleja la naturaleza de Dios mismo y su corazón para el hombre. Hay maneras de establecer esa confianza y maneras de destruirla.
La formulación de una alianza, se hace con la finalidad de unir intereses mediante un pacto entre personas afines o con un lazo de parentesco indirecto. La palabra Alianza indica que alguien toma un compromiso solemne. En la Biblia se utiliza este término para expresar la relación que se establece entre Yahweh y su pueblo. La Alianza no es sólo exigencia, sino también promesa. Crea nuevos elementos de unidad con derecho, culto y conciencia histórica comunes. De ahí que la alianza se va adaptando a los momentos de la historia.
"La concertación como instrumento de acuerdo tiene para nosotros una riqueza ética que no tiene ningún otro, porque parte siempre del reconocimiento explícito de la desigualdad y de la diferencia, nunca las mistifica o enmascara (José A. Robles, Univ. Nac., de Costa Rica). “Un proceso de concertación bien llevado, bien hecho, es un juego sumamente positivo para todos los participantes (José Mella Vázquez, Ibidem). Esto quiere decir que no es un juego en el cual unos ganan y otros pierden
Está harto demostrado que todos necesitamos amigos, necesitamos a otros seres humanos que no teman pagar el precio de ser un verdadero amigo. Una vez que te metes en la vida de alguien, no le vas a abandonar cuando vengan las dificultades, sino que vas a salvar todas las circunstancias: “hoy por ti y mañana por mí”.
Con la desaparición de los tres grandes líderes (Balaguer, Bosch y Peña) y la guerra de las ideologías política, se impone hoy nueva forma de lucha por la democracia, la búsqueda de consensos, la concertación y la participación de la Sociedad Civil para el futuro de nuestro país.
El doctor Joaquín Balaguer, quien fuera el líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), tenía un claro criterio de lo que debe ser una alianza política. En un discurso de campaña que pronunciara el día 8 de mayo de 1966 expresó lo siguiente: “La unidad, la unidad verdaderamente patriótica, no se logra a través de una alianza de partidos, sino a través de un acercamiento de todos los hombres que tengan algún vínculo de afinidad ideológica o que se sientan igualmente amenazados en sus sentimientos o en sus intereses comunes” (D. Libre/10/02/06, pág. 02). Balaguer fue un gran beneficiario de las alianzas políticas coyunturales.
Por esa convicción y tras el fracasado fraude electoral del 1994, Balaguer decidió concertar un pacto patriótico con el profesor Juan Bosch, presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para las elecciones de 1996, ya que ambos líderes siempre mantuvieron intereses y finalidad política común. Eran adversarios patológicos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y por tanto, tenían que frenar las aspiraciones presidenciales del doctor José Francisco Peña Gómez.
Así las cosas, y ante la impotencia de los candidatos del PLD para competir con los del PRD y del PRSC, el doctor Leonel Fernández con finalidad de hacer yunta para las elecciones congresionales y municipales del próximo 16 de mayo, intentó concertar un pacto con los reformista; pero las exigencias de éstos y el mal fruto que cosecharían, evitó que el PRSC se cobijara al buen árbol en busca de buena sombra.
En un claro reconocimiento de la desigualdad, las diferencia ideológicas y de conciencia histórica, el PRD y el PRSC firmaron un acuerdo con miras a las próximas elecciones congresionales y municipales. Las discusiones estuvieron enmarcadas dentro de un diálogo de respeto, donde no tuvo cabida la intolerancia, la arrogancia, la intransigencia y mucho menos, la violencia.
La “Alianza Rosada” como popularmente se conoce, debe ser un modelo de reflexión, de respeto y búsqueda de consenso entre sus dirigentes. Por ello tenemos la obligación de escuchar, entender y respetar la voz de todos los militantes y aspirantes de cada partido para hacer todo lo posible, como lo están haciendo, por encontrar puntos de acuerdo que les permitan superar las diferencias. Deben confiar en que, juntos, lograran resolver las dificultades presentadas y dar un paso más en la construcción de la sociedad política que el país demanda. En la “Unión está la fuerza”
De ahí que el presidente del PRD informó que el acuerdo pactado con el PRSC, es para la concertación de una “Agenda Nacional” para el desarrollo del país; mientras que la concertación que busca el PLD con los reformistas, es con miras de controlar la Asamblea Nacional a través del llamado “Bloque de la Dignidad” con su eslogan: “Para que siga el progreso, necesitamos el Congreso”.
La política de concertación propiciada por el PRD, parte por reconocer la existencia de los cambios que se están operando en el mundo contemporáneo, del cual el PRSC es parte y no puede aislarse o sustraerse.
Y es que concertar es buscar y lograr acuerdos mutuos y consensúales, satisfactorios para las partes, en razón de objetivos coyunturales compartidos, aunque su logro conlleve ceder y hasta perder en aspectos secundarios, subordinados a lo primordial que se persigue. De ahí que, no es lo mismo una Alianza que una Concertación.


Lic. Luís Ma. Ruiz Pou
11/02/2006

Dicen que al que “a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. “Que el enemigo de ayer, es el aliado de hoy”, y que en política el fin justifica el medio. “Todo buen árbol da buen fruto pero el mal árbol da mal fruto” (Mateo 7:17).
Actualmente la sociedad dominicana está viviendo en la edad de los derechos. Sin embargo está olvidando el nacimiento de sus derechos políticos e ideológicos. Todo ser humano tiene derecho a mirar a los ojos de al menos una persona y confiar en ella totalmente, sabiendo que esa persona nunca le hará daño deliberadamente y que sólo buscará su bien. Esa confianza refleja la naturaleza de Dios mismo y su corazón para el hombre. Hay maneras de establecer esa confianza y maneras de destruirla.
La formulación de una alianza, se hace con la finalidad de unir intereses mediante un pacto entre personas afines o con un lazo de parentesco indirecto. La palabra Alianza indica que alguien toma un compromiso solemne. En la Biblia se utiliza este término para expresar la relación que se establece entre Yahweh y su pueblo. La Alianza no es sólo exigencia, sino también promesa. Crea nuevos elementos de unidad con derecho, culto y conciencia histórica comunes. De ahí que la alianza se va adaptando a los momentos de la historia.
"La concertación como instrumento de acuerdo tiene para nosotros una riqueza ética que no tiene ningún otro, porque parte siempre del reconocimiento explícito de la desigualdad y de la diferencia, nunca las mistifica o enmascara (José A. Robles, Univ. Nac., de Costa Rica). “Un proceso de concertación bien llevado, bien hecho, es un juego sumamente positivo para todos los participantes (José Mella Vázquez, Ibidem). Esto quiere decir que no es un juego en el cual unos ganan y otros pierden
Está harto demostrado que todos necesitamos amigos, necesitamos a otros seres humanos que no teman pagar el precio de ser un verdadero amigo. Una vez que te metes en la vida de alguien, no le vas a abandonar cuando vengan las dificultades, sino que vas a salvar todas las circunstancias: “hoy por ti y mañana por mí”.
Con la desaparición de los tres grandes líderes (Balaguer, Bosch y Peña) y la guerra de las ideologías política, se impone hoy nueva forma de lucha por la democracia, la búsqueda de consensos, la concertación y la participación de la Sociedad Civil para el futuro de nuestro país.
El doctor Joaquín Balaguer, quien fuera el líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), tenía un claro criterio de lo que debe ser una alianza política. En un discurso de campaña que pronunciara el día 8 de mayo de 1966 expresó lo siguiente: “La unidad, la unidad verdaderamente patriótica, no se logra a través de una alianza de partidos, sino a través de un acercamiento de todos los hombres que tengan algún vínculo de afinidad ideológica o que se sientan igualmente amenazados en sus sentimientos o en sus intereses comunes” (D. Libre/10/02/06, pág. 02). Balaguer fue un gran beneficiario de las alianzas políticas coyunturales.
Por esa convicción y tras el fracasado fraude electoral del 1994, Balaguer decidió concertar un pacto patriótico con el profesor Juan Bosch, presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para las elecciones de 1996, ya que ambos líderes siempre mantuvieron intereses y finalidad política común. Eran adversarios patológicos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y por tanto, tenían que frenar las aspiraciones presidenciales del doctor José Francisco Peña Gómez.
Así las cosas, y ante la impotencia de los candidatos del PLD para competir con los del PRD y del PRSC, el doctor Leonel Fernández con finalidad de hacer yunta para las elecciones congresionales y municipales del próximo 16 de mayo, intentó concertar un pacto con los reformista; pero las exigencias de éstos y el mal fruto que cosecharían, evitó que el PRSC se cobijara al buen árbol en busca de buena sombra.
En un claro reconocimiento de la desigualdad, las diferencia ideológicas y de conciencia histórica, el PRD y el PRSC firmaron un acuerdo con miras a las próximas elecciones congresionales y municipales. Las discusiones estuvieron enmarcadas dentro de un diálogo de respeto, donde no tuvo cabida la intolerancia, la arrogancia, la intransigencia y mucho menos, la violencia.
La “Alianza Rosada” como popularmente se conoce, debe ser un modelo de reflexión, de respeto y búsqueda de consenso entre sus dirigentes. Por ello tenemos la obligación de escuchar, entender y respetar la voz de todos los militantes y aspirantes de cada partido para hacer todo lo posible, como lo están haciendo, por encontrar puntos de acuerdo que les permitan superar las diferencias. Deben confiar en que, juntos, lograran resolver las dificultades presentadas y dar un paso más en la construcción de la sociedad política que el país demanda. En la “Unión está la fuerza”
De ahí que el presidente del PRD informó que el acuerdo pactado con el PRSC, es para la concertación de una “Agenda Nacional” para el desarrollo del país; mientras que la concertación que busca el PLD con los reformistas, es con miras de controlar la Asamblea Nacional a través del llamado “Bloque de la Dignidad” con su eslogan: “Para que siga el progreso, necesitamos el Congreso”.
La política de concertación propiciada por el PRD, parte por reconocer la existencia de los cambios que se están operando en el mundo contemporáneo, del cual el PRSC es parte y no puede aislarse o sustraerse.
Y es que concertar es buscar y lograr acuerdos mutuos y consensúales, satisfactorios para las partes, en razón de objetivos coyunturales compartidos, aunque su logro conlleve ceder y hasta perder en aspectos secundarios, subordinados a lo primordial que se persigue. De ahí que, no es lo mismo una Alianza que una Concertación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario