ALCA-RAJO

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¿Qué es el ALCA? ALCA es la sigla, abreviación, de un pretendido organismo ideado por el Gobierno de los Estados Unidos, y que en buen cristiano quiere decir “Área de Libre Comercio de las América”, y cuya creación obedecería al interés supuesto de brindar Prosperidad, Democracia, Libre Comercio y Desarrollo Sostenible en las Américas.
Es como decir que se trata de otro de los caminos pedregosos que conducen al Cielo, inventado por la ‘gran democracia’ del Norte para favorecer a los empobrecidos pueblos de la América morena, y que en cada oportunidad han contribuido a empeorar la situación de nuestras naciones..
La Carta de la Organización de los Estados Americanos establece que la democracia representativa es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región; de ahí que los presidentes de América Latina se comprometieron a fomentar la prosperidad, los valores y las instituciones democráticas y la seguridad de nuestro Hemisferio.
En la Primera Cumbre de las Américas, celebrada en Miami en diciembre de 1994, los presidente reiteraron la firme adhesión a los principios del derecho internacional y a los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y en la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), incluidos los de la igualdad soberana de los Estados, la no intervención, la autodeterminación de los pueblos y la solución pacifica de controversias.
“Que los pueblos buscan con ahínco mayor capacidad de respuesta y eficiencia por parte de nuestros gobiernos”. “Que la democracia efectiva requiere que la corrupción sea combatida de manera integral, toda vez que constituye un factor de desintegración social y de distorsión del sistema económico que socava la legitimidad de las instituciones políticas” decían en la “Declaración de Principios”. ¡Hasta aquí, todo muy bonito y bastante retórico!!
La Segunda Cumbre fue celebrada el 18 de abril de 1998, en Santiago de Chile, los mandatarios presentes reafirmaron la voluntad de continuar la “trascendental empresa”, que de acuerdo a ellos, requiere de esfuerzos nacionales progresivos y de una dinámica cooperación internacional. Además, en una actitud típica de demagogia barata, se comprometieron dizque a facilitar el acceso de todos los habitantes de las Américas a la educación preescolar, primaria, secundaria y superior, y hacer del aprendizaje un proceso permanente.
En la Tercera Cumbre celebrada en Québec, Canadá, las cosas comenzaron a variar. Los presidentes reconocieron las debilidades de los países latinoamericanos , tales como: la necesidad de continuar enfrentando las vulnerabilidades de nuestros procesos de desarrollo y de aumentar la seguridad humana; fortalecimiento del Estado de Derecho; el pleno respeto a los derechos humanos; el problema mundial de la droga y delitos conexos, el tráfico ilícito y el uso criminal de las armas de fuego; la importancia de la independencia del poder judicial; el cumplimiento de las normas fundamentales del trabajo etc.
Nosotros nos preguntamos ¿Con todas estas debilidades institucional y los malos gobiernos que nos gastamos, los latinoamericanos podemos competir? Y peor aún, ¿con un sector agrícola subsidiado por los Estados Unidos de América y con tecnologías de puntas producidas por ellos mismos, es posible la competencia entre el tiburón y la sardina” de que nos hablo Juan José Arévalo?
De ahí que el gobierno de Venezuela, durante la reunión celebrada en Québec, hiciera reservas de su posición señalando que la democracia debe ser entendida en su sentido más amplio y no únicamente en su carácter representativo y que debe de consultar con los diversos sectores venezolanos y en función de su legislación interna, para dar cumplimiento a los compromisos que se derivarían de la entrada en vigor del ALCA en el año 2005.
El 13 de enero del 2004, los presidentes latinoamericanos se reunieron en una Cumbre Extraordinaria en la ciudad de Monterrey, departamento de Nuevo León, en México, para hablar más de lo mismo, ya que repitieron las mismas chácharas de la Primera Cumbre. Acordaron que el documento fuera conocido como “Declaración de Nuevo León”.
En ésa declaración, Venezuela comenzó a dar visos de lo que hoy somos testigo. La delegación concluyó así: “Venezuela se reserva el párrafo relativo al ALCA, por motivos principistas y diferencias profundas acerca del concepto y la filosofía contenidas en el modelo propuesto, así como por el tratamiento dado a las materias específicas y los plazos establecidos. Ratificamos nuestro compromiso con la consolidación de un bloque regional y de comercio justo, como base para fortalecer los niveles de integración. Este proceso debe considerar las especificidades culturales, sociales y políticas de cada país; la soberanía y constitucionalidad; el nivel y tamaño de sus economías para garantizar trato justo.”
Como las relaciones entre los EUA y Venezuela están al rojo vivo, debido a la actitud exhibida por el Presidente Chávez de actuar con independencia de criterio y soberana determinación, la situación se torna mas agria porque el líder suramericano ha considerado el ALCA como un asesino para los países pobres, y sus palabras y posición han encontrado eco entre los pueblos al Sur del Río Grande.
La recién finalizada IV Cumbre de las Américas celebrada en Mar de Plata, Argentina, fue con la finalidad de pasarle balance al Tratado de Libre Comercio (DR-CAFTA). Washington había planificado imponer el tema del ALCA en la reunión de los 34 Presidentes.
La reacción del Presidente de Venezuela fue planificar un boicot tanto a la visita del Presidente de los EUA como al ALCA. Chávez prometió mandar el ALCA ¡Al carajo!
Al final, los mandatarios no pudieron ponerse de acuerdo en torno al ALCA. El presidente Hugo Chávez, encabezó los argumentos más fuertes a favor de replantear el ALCA. El respaldado de los países del MERCOSUR, el notable discurso inaugural del mandatario anfitrión Néstor Kirchner, los disturbios y las protestas callejeras, mandaron tanto a Bush como al ALCA… “Al carajo”, que es como decirles “váyanse al infierno a hacer causa común con sus iguales”.



Lic. Luís Ma. Ruiz Pou

06/11/2005

¿Qué es el ALCA? ALCA es la sigla, abreviación, de un pretendido organismo ideado por el Gobierno de los Estados Unidos, y que en buen cristiano quiere decir “Área de Libre Comercio de las América”, y cuya creación obedecería al interés supuesto de brindar Prosperidad, Democracia, Libre Comercio y Desarrollo Sostenible en las Américas.
Es como decir que se trata de otro de los caminos pedregosos que conducen al Cielo, inventado por la ‘gran democracia’ del Norte para favorecer a los empobrecidos pueblos de la América morena, y que en cada oportunidad han contribuido a empeorar la situación de nuestras naciones..
La Carta de la Organización de los Estados Americanos establece que la democracia representativa es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región; de ahí que los presidentes de América Latina se comprometieron a fomentar la prosperidad, los valores y las instituciones democráticas y la seguridad de nuestro Hemisferio.
En la Primera Cumbre de las Américas, celebrada en Miami en diciembre de 1994, los presidente reiteraron la firme adhesión a los principios del derecho internacional y a los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y en la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), incluidos los de la igualdad soberana de los Estados, la no intervención, la autodeterminación de los pueblos y la solución pacifica de controversias.
“Que los pueblos buscan con ahínco mayor capacidad de respuesta y eficiencia por parte de nuestros gobiernos”. “Que la democracia efectiva requiere que la corrupción sea combatida de manera integral, toda vez que constituye un factor de desintegración social y de distorsión del sistema económico que socava la legitimidad de las instituciones políticas” decían en la “Declaración de Principios”. ¡Hasta aquí, todo muy bonito y bastante retórico!!
La Segunda Cumbre fue celebrada el 18 de abril de 1998, en Santiago de Chile, los mandatarios presentes reafirmaron la voluntad de continuar la “trascendental empresa”, que de acuerdo a ellos, requiere de esfuerzos nacionales progresivos y de una dinámica cooperación internacional. Además, en una actitud típica de demagogia barata, se comprometieron dizque a facilitar el acceso de todos los habitantes de las Américas a la educación preescolar, primaria, secundaria y superior, y hacer del aprendizaje un proceso permanente.
En la Tercera Cumbre celebrada en Québec, Canadá, las cosas comenzaron a variar. Los presidentes reconocieron las debilidades de los países latinoamericanos , tales como: la necesidad de continuar enfrentando las vulnerabilidades de nuestros procesos de desarrollo y de aumentar la seguridad humana; fortalecimiento del Estado de Derecho; el pleno respeto a los derechos humanos; el problema mundial de la droga y delitos conexos, el tráfico ilícito y el uso criminal de las armas de fuego; la importancia de la independencia del poder judicial; el cumplimiento de las normas fundamentales del trabajo etc.
Nosotros nos preguntamos ¿Con todas estas debilidades institucional y los malos gobiernos que nos gastamos, los latinoamericanos podemos competir? Y peor aún, ¿con un sector agrícola subsidiado por los Estados Unidos de América y con tecnologías de puntas producidas por ellos mismos, es posible la competencia entre el tiburón y la sardina” de que nos hablo Juan José Arévalo?
De ahí que el gobierno de Venezuela, durante la reunión celebrada en Québec, hiciera reservas de su posición señalando que la democracia debe ser entendida en su sentido más amplio y no únicamente en su carácter representativo y que debe de consultar con los diversos sectores venezolanos y en función de su legislación interna, para dar cumplimiento a los compromisos que se derivarían de la entrada en vigor del ALCA en el año 2005.
El 13 de enero del 2004, los presidentes latinoamericanos se reunieron en una Cumbre Extraordinaria en la ciudad de Monterrey, departamento de Nuevo León, en México, para hablar más de lo mismo, ya que repitieron las mismas chácharas de la Primera Cumbre. Acordaron que el documento fuera conocido como “Declaración de Nuevo León”.
En ésa declaración, Venezuela comenzó a dar visos de lo que hoy somos testigo. La delegación concluyó así: “Venezuela se reserva el párrafo relativo al ALCA, por motivos principistas y diferencias profundas acerca del concepto y la filosofía contenidas en el modelo propuesto, así como por el tratamiento dado a las materias específicas y los plazos establecidos. Ratificamos nuestro compromiso con la consolidación de un bloque regional y de comercio justo, como base para fortalecer los niveles de integración. Este proceso debe considerar las especificidades culturales, sociales y políticas de cada país; la soberanía y constitucionalidad; el nivel y tamaño de sus economías para garantizar trato justo.”
Como las relaciones entre los EUA y Venezuela están al rojo vivo, debido a la actitud exhibida por el Presidente Chávez de actuar con independencia de criterio y soberana determinación, la situación se torna mas agria porque el líder suramericano ha considerado el ALCA como un asesino para los países pobres, y sus palabras y posición han encontrado eco entre los pueblos al Sur del Río Grande.
La recién finalizada IV Cumbre de las Américas celebrada en Mar de Plata, Argentina, fue con la finalidad de pasarle balance al Tratado de Libre Comercio (DR-CAFTA). Washington había planificado imponer el tema del ALCA en la reunión de los 34 Presidentes.
La reacción del Presidente de Venezuela fue planificar un boicot tanto a la visita del Presidente de los EUA como al ALCA. Chávez prometió mandar el ALCA ¡Al carajo!
Al final, los mandatarios no pudieron ponerse de acuerdo en torno al ALCA. El presidente Hugo Chávez, encabezó los argumentos más fuertes a favor de replantear el ALCA. El respaldado de los países del MERCOSUR, el notable discurso inaugural del mandatario anfitrión Néstor Kirchner, los disturbios y las protestas callejeras, mandaron tanto a Bush como al ALCA… “Al carajo”, que es como decirles “váyanse al infierno a hacer causa común con sus iguales”.