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sábado, 23 de enero de 2010

Denzel Washington, la fe del guerrero

By FERNANDO MEXIA. EFE

En pleno auge del subgénero apocalíptico en Hollywood, Denzel Washington regresa a las carteleras con The Book of Eli convertido en un solitario guerrero postmoderno dispuesto a proteger el legado espiritual de una sociedad moribunda.

A medio camino entre The Road (2009) y Mad Max (1979), The Book of Eli conjuga adrenalina, barbarie y esperanza en un relato descolorido con un trasfondo religioso que pretende destacar por encima de la violencia de la trama y destacarse entre tanta oferta cinematográfica sobre el fin del mundo.
``Pienso que es diferente. Es una buena historia desde el punto de vista espiritual, filosófico, de acción; tiene muchos elementos'', aseguró Washington, quien tuvo que aprender artes marciales y el manejo de la espada para ejecutar las escenas de lucha.

``Fue mi primera película con un machete, y me lo pasé muy bien. No tenía ningún tipo de entrenamiento previo, aunque he boxeado durante 15 años'', dijo el actor, que aclaró que realizó las secuencias de combate sin dobles.
No obstante, Washington insistió en que, a pesar de lo que pudiera parecer en un primer momento, The Book of Eli va más allá del puro enfrentamiento entre el bien y el mal y se mueve en terrenos más profundos.
``Es sobre la fe que tenemos, nos guía la fe, no la vista. Es sobre la creencia en algo mayor que nosotros mismos y en lo que se aprende en el camino'', dijo el intérprete ganador de dos Oscar por Training Day (2001) y Glory (1989).

Washington, hombre de sólidas creencias y frecuente lector de la Biblia, algo que comparte con su personaje, aseguró haber sacado alguna lección de su trabajo en el filme, como ``hasta qué extremo está dispuesto a llegar Eli por alcanzar su objetivo''.

Sin embargo, admitió que él ``no llegaría a esos extremos'', si bien reconoció que nunca se ha visto en la situación del protagonista.

The Book of Eli sigue los pasos de Eli, un guerrero iluminado con una misión divina que se reduce en proteger un valioso libro y llevarlo a un lugar seguro --aunque desconocido-- que se encuentra hacia el oeste.
Un viaje polvoriento que Eli comenzó hace 30 años, en el que prefiere la compañía de las ratas a la de los seres humanos, y que le conducirá sin remedio hasta un pueblo parecido a los que se ven en los westerns, donde aprenderá una valiosa lección.

``No puede hacerlo todo solo, como en una burbuja, tiene que compartir con la gente'', declaró Washington.
El actor reconoció que, aunque no lo entendió así a priori, tras ver la película quedaron patentes ciertas referencias a episodios de los Testamentos, como la figura del apóstol Pablo y el origen de su fe, aunque el filme no estuviese vinculado a esa religión.

``No es sólo sobre cristianismo; de hecho, el guionista es agnóstico y la idea le vino, según me dijo, como un flash, la escribió en pocos días. No sé si él oyó voces o no, no lo sé'', confesó entre bromas.
Uno de los detalles curiosos de la cinta es la importancia que cobra la música, un elemento clave en el desarrollo de los acontecimientos y uno de los pocos vínculos con el mundo previo a la destrucción que le quedan al protagonista, siempre pegado a un reproductor portátil.

``Si la civilización terminase ahora mismo y te despertases y tu iPod estuviese ahí, lo mantendrías y buscarías la manera de que siguiese funcionando'', manifestó Washington.

The Book of Eli, que se estrenó el viernes pasado, fue dirigida por los hermanos Albert y Allen Hughes (Dead Presidents, 1995) y producida por el propio Denzel Washington, quien además comparte reparto con Gary Oldman (Dracula, 1992) y la joven Mila Kunis (Max Payne, 2008). • 

elnuevoherald.com 

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