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¿Crítica o movimiento maestro? Phil Jackson puede jugar con la cabeza de Pau Gasol.
- Los caminos de Phil Jackson no siempre son los más tradicionales para lidiar con sus jugadores
¿Cómo puede ser posible? Es posible. Pau Gasol es un tipo tranquilo. Respetuoso, serio, de una normalidad tan normal que molesta en el mundo NBA. Parece que fue ayer cuando la gente -sí, ese universo gris sin cara que acostumbra a tomar cerveza y gritar desde el anonimato- le cuestionaba su rudeza, sus ganas de ganar, su agresividad.
Y él aguantaba. Dejaba que las críticas, esas críticas, pasaran de largo, que lo dejaran tranquilo mientras una nueva tormenta se desataba en otro lado.
"Soy muy agresivo cuando quiero ser agresivo", dijo allá por octubre de 2008 Gasol, cuando los dardos sobrevolaban su universo, la situación no daba para más, y el trofeo de campeonato era sólo un pensamiento onírico, surrealista.
La reacción del español, esa que apareció sin pedir permiso con esa declaración -y que luego se plasmó en su juego-, significó un vuelco de 180 grados.
Entonces, tiempo después, llegó el campeonato con Gasol de protagonista. Y con el currículum más pesado, las malas lenguas jugaron a la escondida. Hubo esfuerzos de los fanáticos de su país, que siguen sin perdonarle ni siquiera una bola discutible al ala-pivote catalán, por mantener el tema en carpeta, pero a esta altura ya eran los menos.
Gasol fue creciendo desde el anonimato en los Lakers. Si bien era el compañero de Kobe en la pintura, su voz no era esa voz de mando que corresponde al segundo dentro del pelotón.
Una especie de Dr.Watson para Sherlock Holmes.
"Pau Gasol es el responsable de que alcanzásemos este nivel", dijo Kobe luego de ganar el título de la temporada pasada, con el objetivo de darle el crédito que algunos obviaban sin reparo.
Nada más cierto que eso. Sin Pau, ese campeonato de los Lakers hubiese sido imposible. Bryant tenía razón y su palabra sólo legitimizaba los hechos.
Sin embargo, hubo muchos que le atribuyeron el papel principal sólo a Kobe, y que hicieron mutis por el foro cuando Gasol no pudo arrancar la temporada 2009-10 por lesión (no hay problema, tenemos a Andrew Bynum, a Lamar Odom, a Ron Artest, dijeron, con el aplomo irritante de Charles Foster Kane en El Ciudadano). ¿Ahora? Son puro llanto por la ausencia del catalán.
Phil Jackson sabe que la presencia de Gasol es fundamental para marcar el paso. El coach entiende que sin el español, la ofensiva triangular se convierte en líneas inconexas, como un teorema de Pitágoras sin hipotenusa. Y la defensa, más que fortaleza pasa a ser un castillo sin torre de vigilancia.
Cuando se le consultó a Jackson si le preocupaba que Gasol sea tan cuidadoso con su lesión, aprovechó la oportunidad: "¿Que es hipocondríaco y posiblemente un bebé porque no sale a jugar? ¿Es eso lo que me quieres decir con esa pregunta?"
"Creo que se lesionó en CSI y no nos está diciendo la verdad", dijo. "Miré el programa la otra noche y quise ver qué había sucedido. Y luego lanzó a ese chico fuera del auto; estoy seguro que se lesionó allí. Nunca había visto ese show, y para ser franco, no entiendo como la gente puede mirar ese programa", completó el entrenador.
Enseguida, los cazadores de frases picantes tomaron los dichos como críticas rotundas hacia el jugador. Y otra vez volvieron los slogans de turno para Pau: flojito, poco competitivo, 'demasiado normal'.
Es llamativo que no se den cuenta que la realidad es otra. Phil está jugando a ser torero de Gasol. Le muestra la prenda de color rojo para sacar la fiera que hay en él, su lado peleador. El ganador, el hambriento, el Gasol de 2008-09. El que arriesgaba para hacer mejor a Kobe. En otras palabras, el jugador que necesitan los Lakers.
Como sucede muchas veces con Jackson, quizás ahora no se entienda el concepto, pero se comprenderá de un tiempo a esta parte: todo pasa porque el español vuelva encendido, en caliente, y no entre a la cancha relajado.
El jueves, Gasol debutará en esta temporada ante Chicago Bulls. Habrá que ver si esta vez, como sucedió en el pasado, reacciona ante las críticas o las esquiva.
El Maestro Zen, a su manera, ya puso algo de peso en el primer platillo.
Bruno Altieri es redactor de ESPNdeportes.com. Consulta su archivo de columnas.
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