
La segunda parte del show la estamos viendo ahora con el infeliz expediente de la desaparición de los pagarés que avalan adelantos y redescuentos otorgados a Bancrédito.
El regreso del PLD al poder en el año 2004 se montó sobre la cresta de la ola de calificar de incompetente al cuerpo de profesionales del equipo económico del gobierno de Hipólito Mejía, 2000-2004. Dos temas sirvieron de soporte a esa estrategia, el excesivo endeudamiento externo (emisión de bonos soberanos por 1,100 millones de dólares) y el manejo de la política monetaria para resolver los fraudes bancarios (Baninter, Bancrédito y Mercantil) y sus consecuencias no deseadas en el equilibrio de la tasa de cambio.
La segunda parte del show la estamos viendo ahora con el infeliz expediente de la desaparición de los pagarés que avalan adelantos y redescuentos otorgados a BANCREDITO, que ni siquiera el Dr. Carlos Salcedo considera con asidero legal y sostiene que no se involucraría en el mismo. El Dr. Salcedo es abogado del Banco Central y de la Superintendencia de Bancos, en el proceso de recuperación de los más de 80 mil millones de pesos que implicó la operación de salvamento de estos bancos. Existen evidencias de los desembolsos a favor de BANCREDITO. No existe rastro alguno de que BANCREDITO haya pagado. Donde está la raíz del problema.
Hablando de capacidad gerencial en el manejo de las políticas públicas hagamos referencia al planteamiento del segundo hombre más rico del mundo, Warren Buffett, quien al decir que la economía norteamericana está mostrando signos de recuperación, sostiene que los estadounidenses deben preocuparse por los efectos secundarios de la enorme dosis de medicina monetaria que se le está aplicando al paciente. Igualmente le preocupan la tendencia creciente del endeudamiento de su país, 56 por ciento del PIB, y un potencial déficit público de 13 por ciento PIB al final del año.
Precisamente en los momentos en los que el gobierno dominicano ha dispuesto de mayor monto de ingresos fiscales confronta los elementos críticos para la sana administración pública a que hace referencia Buffett. Nuestros ingresos fiscales se duplicaron del 2004 a 2008 al pasar de 126 a 246 mil millones de pesos. Pero solo de 2007 a 2008 la deuda pública aumentó de 7,558 millones de dólares a 11,237 millones, de los cuales, 2,998 millones dólares se obtuvieron en el mercado local. Un contrasentido cierto.
La bandera de la deuda pública como un fantasma endemoniado del PRD-PPH se les ha caído de las manos. No reordenar las finanzas púbicas en medio del impacto de una crisis financiera internacional de la que no saldríamos ilesos bajo ninguna circunstancia es una muestra de incompetencia gerencial de quienes tienen en su poder la toma decisiones para conducir el país por buenos senderos.
Importantes decisiones en el ámbito económico se dejaron al azar, las cosas no han salido bien y el equipo económico del gobierno está recurriendo a medicinas que satanizó hace muy poco tiempo como es cubrir el déficit fiscal con financiamiento externo, sin previamente dar demonstraciones de prudencia por el lado del gasto. Aunque los tiempos han cambiado, el FMI no puede firmar un acuerdo con el país que no se refleje en un ordenamiento de las finanzas públicas.
La dosis de medicina monetaria aplicada para contrarrestar los efectos nocivos del desorden iscal también ha sido enorme aquí en República Dominicana, 205 mil millones de pesos en certificados del Banco Central al 20 de agosto pasado, excluyendo los pasivos de corto, con los que llegaría a superar los 220 mil millones de pesos. Sus efectos secundarios están ahí. El Déficit Cuasi Fiscal que genera es una pesada carga sobre los hombros de los dominicanos que no se sabe hasta cuándo podremos soportar.
Parte de los 700 millones de dólares que el BID y el Banco Mundial tienen pendiente de desembolso están supeditados a una mejoría sustancial del índice de recuperación de efectivo del sector eléctrico, que no es otra cosa que cobrar a los que no pagan y focalizar el subsidio en los barrios marginados, con un costo político alto a las puertas de unas elecciones de medio término.
El grado de desesperación de la frustración por no tener respuesta a los graves problemas de desatención de los servicios públicos que afectan a la población y las posibilidades de que las cosas empeoren después de la firma de un acuerdo con el FMI y se elimine el personal supernumerario de la CDEEE y las EDES, pueden estar detrás del disparatado intento de juicio a ex funcionarios del Banco Central.
Julio Caminero
La segunda parte del show la estamos viendo ahora con el infeliz expediente de la desaparición de los pagarés que avalan adelantos y redescuentos otorgados a BANCREDITO, que ni siquiera el Dr. Carlos Salcedo considera con asidero legal y sostiene que no se involucraría en el mismo. El Dr. Salcedo es abogado del Banco Central y de la Superintendencia de Bancos, en el proceso de recuperación de los más de 80 mil millones de pesos que implicó la operación de salvamento de estos bancos. Existen evidencias de los desembolsos a favor de BANCREDITO. No existe rastro alguno de que BANCREDITO haya pagado. Donde está la raíz del problema.
Hablando de capacidad gerencial en el manejo de las políticas públicas hagamos referencia al planteamiento del segundo hombre más rico del mundo, Warren Buffett, quien al decir que la economía norteamericana está mostrando signos de recuperación, sostiene que los estadounidenses deben preocuparse por los efectos secundarios de la enorme dosis de medicina monetaria que se le está aplicando al paciente. Igualmente le preocupan la tendencia creciente del endeudamiento de su país, 56 por ciento del PIB, y un potencial déficit público de 13 por ciento PIB al final del año.
Precisamente en los momentos en los que el gobierno dominicano ha dispuesto de mayor monto de ingresos fiscales confronta los elementos críticos para la sana administración pública a que hace referencia Buffett. Nuestros ingresos fiscales se duplicaron del 2004 a 2008 al pasar de 126 a 246 mil millones de pesos. Pero solo de 2007 a 2008 la deuda pública aumentó de 7,558 millones de dólares a 11,237 millones, de los cuales, 2,998 millones dólares se obtuvieron en el mercado local. Un contrasentido cierto.
La bandera de la deuda pública como un fantasma endemoniado del PRD-PPH se les ha caído de las manos. No reordenar las finanzas púbicas en medio del impacto de una crisis financiera internacional de la que no saldríamos ilesos bajo ninguna circunstancia es una muestra de incompetencia gerencial de quienes tienen en su poder la toma decisiones para conducir el país por buenos senderos.
Importantes decisiones en el ámbito económico se dejaron al azar, las cosas no han salido bien y el equipo económico del gobierno está recurriendo a medicinas que satanizó hace muy poco tiempo como es cubrir el déficit fiscal con financiamiento externo, sin previamente dar demonstraciones de prudencia por el lado del gasto. Aunque los tiempos han cambiado, el FMI no puede firmar un acuerdo con el país que no se refleje en un ordenamiento de las finanzas públicas.
La dosis de medicina monetaria aplicada para contrarrestar los efectos nocivos del desorden iscal también ha sido enorme aquí en República Dominicana, 205 mil millones de pesos en certificados del Banco Central al 20 de agosto pasado, excluyendo los pasivos de corto, con los que llegaría a superar los 220 mil millones de pesos. Sus efectos secundarios están ahí. El Déficit Cuasi Fiscal que genera es una pesada carga sobre los hombros de los dominicanos que no se sabe hasta cuándo podremos soportar.
Parte de los 700 millones de dólares que el BID y el Banco Mundial tienen pendiente de desembolso están supeditados a una mejoría sustancial del índice de recuperación de efectivo del sector eléctrico, que no es otra cosa que cobrar a los que no pagan y focalizar el subsidio en los barrios marginados, con un costo político alto a las puertas de unas elecciones de medio término.
El grado de desesperación de la frustración por no tener respuesta a los graves problemas de desatención de los servicios públicos que afectan a la población y las posibilidades de que las cosas empeoren después de la firma de un acuerdo con el FMI y se elimine el personal supernumerario de la CDEEE y las EDES, pueden estar detrás del disparatado intento de juicio a ex funcionarios del Banco Central.
Julio Caminero
7 dìas.com
23/08/2009
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