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martes, 11 de agosto de 2009

El líder político no debe arriesgarse

Lic. Luis Ma. Ruiz Pou
pelandoelplatano@gmail.com

Miguel Vargas Maldonado

“Algunas personas simplemente dejan que las cosas de la vida les ocurran, pero los líderes hacen que las cosas ocurran. Los líderes valientes crean oportunidades para marcar la diferencia en sus organizaciones y comunidades” (Richard L. Dalft, Liderazgo viviente). La carrera del líder político tiene un hondo sentido social. La rutina brinda seguridad y experiencia, pero dependiendo de sus actuaciones, le puede generar pocas o nulas oportunidades. El líder tiene que busca las alternativas de desarrollo y propiciar que los dirigentes contribuyan a descubrirla; de ahí que los líderes tienen que evitar caer en la trampa de la rutina, para subsistir en un entorno de profundas contradicciones.

Los líderes deben de promover formas adecuadas de participación de los dirigentes en la gestión y en las utilidades de sus organizaciones, así como de apertura de ideas mediante la dialéctica que permitan un mayor dinamismo, que es la base de una sociedad política más justa y solidaria; sin embargo, los líderes por la forma de conducirse, puede fracasar en sus esfuerzos.

En países como el nuestro, los líderes naturales son los jefes de los partidos, sindicatos, clubes, empresa etc. Otros que automáticamente se convierten en líderes, son los presidentes de la república. Su liderazgo descansa en el artículo 55 de la Constitución.

El Partido Revolucionario Dominicano (PRD), es una organización donde ningún líder puede bajarle línea a nadie, porque los dirigentes sienten que tienen autonomía de movimiento. Es un partido donde lo que diga el líder “es lo que va”, no se le pone caso. Vemos que dentro de su portafolio de crisis, cuenta con grandes fracasos desde su fundación:

Caso Juan Bosch.
La convención de octubre del 1962, escogió a Bosch como candidato a la presidencia y a Buena Ventura Sánchez Félix, a la vice- para las elecciones de diciembre, pero Bosch lo rechazó. Para complacer al líder, dos semanas más tarde, se convocó a otra convención donde se escogió al doctor Segundo Armando González Tamayo, señalado por el profesor como su compañero de boleta. Esa decisión le creó problemas con sus más cercanos colaboradores.

Para los años 70s, Bosch trató de imponer de nuevo su voluntad, esta vez con sus criterios políticos anti-sistémico que provocó un enfrentamiento con la mayoría de sus dirigentes, quienes lograron derrotar la posición del líder. Por ese fracaso, Bosch se fue del PRD en 1973 y fundó su propia organización para imponer su voluntad, lo que le permitió a Peña Gómez convertirse en el líder de esa organización. Bosch como líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fracaso al tratar de imponer el “Marxismo-Leninismo” dentro de esa organización a través de los círculos de estudios.

Caso don Antonio Guzmán.
Siendo Presidente de la república, junto con Jacobo Majluta formó “La Alianza de Acero” con el fin de impedir la candidatura de Salvador Jorge Blanco para las elecciones de 1982. Majluta fue derrotado en la convención por Jorge Blanco, constituyendo un fracaso para don Antonio por haberse involucrado en un proceso que debió mantenerse neutro.

Caso Salvador Jorge Blanco.
En momento en que competían el líder del partido, José Francisco Peña Gómez y Jacobo Majluta por la candidatura presidencial para las elecciones de 1986, un gran desorden se produjo en la convención del 1985, con el “Concordazo”.

Jorge Blanco, a fin de palear la crisis por del Concordazo, y aprovechando su condición de presidente de la república, ideó el famoso “Pacto de la Unión” para que el licenciado Majluta sea el candidato. Dicho pacto fue aceptado a regaña dientes por los seguidores de Peña.

Fue el preámbulo de la derrota electoral de 1986, constituyendo un fracaso político para el líder de ese momento, doctor Salvador Jorge Blanco a quien acusaron de traicionar a Jacobo. Fruto de esa derrota, para las elecciones de 1990, Jacobo decidió formar su propia organización.

Caso Peña Gómez No. 1
Para las elecciones presidenciales, congesionales y municipales de 1982, el candidato a Sindico por el Distrito del grupo de Salvador Jorge Blanco, lo fue el difunto Rafael Ángeles Suárez, y el del grupo de Jacobo Majluta, lo fue Winston Arnaud quien además contaba con el apoyo del líder Peña Gómez.

Ante la avanzada de Ángeles Suárez, peña reacciona indicando que una derrota a Winston, era una derrota a Peña, por lo que decidió ser el candidato a Síndico por el Distrito Nacional. ¡Todos conocemos la historia!

Caso Peña Gómez No.2
Estando en recuperación en la ciudad de Miami producto de una operación de cáncer, alentó al ingeniero Miguel Vargas Maldonado para que se postulara a Síndico del Distrito por el PRD en las elecciones congresionales y municipales de 1998; pero encontró una piedra en el camino, Hipólito Mejía decidió apoyar a su pupilo Eligio Jaquez y Rafael Subervi Bonilla (Fello) a Julio Mariñez para la misma posición. De nuevo se generó otra crisis en la convención.

Las encuestas indicaban una ligera ventaja a favor de Vargas Maldonado. La convención terminó cuestionada de mala manera. Peña ante el temor de que el MVP no fuera el candidato, lo consideraba una derrota para Él, porque fue el mentor de esa candidatura. Eso provocó que el líder Peña Gómez decidiera lanzarse de nuevo a la candidatura a Síndico por el Distrito Nacional, candidatura esta, que le precipitó la muerte.

Caso Hipólito Mejía
Hipólito en su condición de presidente de la república, creyó que sobre la base del artículo 55, se constituiría en el nuevo líder del PRD ante la muerte de Peña. Aprovecho esa situación para propiciar la modificación de la constitución para poder optar por una nueva re-postulación en las elecciones del 2004. Con esa decisión, Hipólito dividió el partido y perdió las elecciones. Hoy, está fracasado como el supuesto líder del partido.

Después de la vigésima séptima convención celebrada el 19 de julio del presenta año, donde fue escogido el ingeniero Miguel Vargas Maldonado como el nuevo líder del PRD, debe de promover fórmulas que impidan volver al pasado con las recurrentes crisis que han provocado en la mayoría de los casos, la división del partido.

Ningún líder se puede dar el lujo de excluir la palabra sumar. Parafraseando a Fidel Castro: No hay nada tan espantoso como el espectáculo de un líder derrotado.
Cualquier conato de crisis, se podría considerar como un fracaso para el líder, por lo que, no debe de arriesgarse apoyando a nadie.

En esta nueva etapa del PRD, Miguel Vargas tiene que crear oportunidades y marcar la diferencia. ¡¡¡Cuidado Miguel con señalar al Secretario General u otros para la próxima convención!!!

Lic. Luis Ma. Ruiz Pou
pelandoelplatano@gmail.com

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