Image and video hosting by TinyPic

viernes, 24 de abril de 2009

Abril, mes de reflexión para la conspiración

pelandoelplatano@gmail.com

Durante el mes de abril la Iglesia Católica organiza diversas actividades para conmemorar un aniversario más de la Semana Mayor. Dentro de estas actividades, está el “Sermón de las Siete Palabras”, el cual es leído todo los “Viernes Santos”. Para la lectura del mismo, participa un sacerdote por cada palabra quienes dan lectura; es decir, que son siete en total los participantes.
Las “Siete Palabras que pronunció Jesús en su calvario: Primera “Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen”; Segunda: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”; Tercera: “Mujer ahí tienes a tu hijo, hijo ahí tienes a tu madre”; Cuarta: “Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado? Quinta: “Tengo sed”; Sexta: “Todo ha sido consumado” y la Séptima: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”.
La Iglesia católica, aprovecha el Sermón en esa semana de Pascua, para enróstrales a los gobernantes, la situación socioeconómica en una clara oposición a su política administrativa. La Iglesia desde la aparición del mundo, siempre actúa de modo que le permita controlar la sociedad.
Nuestro país, ha tenido muy poca suerte con el mes de abril. Analizando los sucesos que se originaron desde la caída del régimen de Trujillo, llegaremos a la conclusión de que “abril”, es un mes de intranquilidad política, por las conspiraciones; veamos:
El derrocamiento de la tiranía Trujillista, el 30 de mayo de 1961, precedido del mes de “abril”, con la celebración de la Semana Santa y el Sermón de las Siete Palabras. En aquella ocasión, fue interrumpida la misa que tradicionalmente ofrecía Monseñor Panal, en la Vega, por un grupo de paleros al servicio del dictador Trujillo. Luego de estos acontecimientos, el Brigadier fue derrocado; sin embargo, Trujillo siempre benefició a la Iglesia Católica, a través del Concordato, menoscabando a las Iglesias Evangélicas (Cristianas). La Iglesia Católica, jugó un papel primordial en la conspiración para derrocar a Trujillo.
El golpe de Estado contra el gobierno del profesor Juan Bosch, no escapó a los vientos huracanados, del mes de abril de 1963. Después de transcurrida la Semana Santa y el Sermón de las Siete Palabras, comenzaron los movimientos de reafirmación cristiana, que unidos a la conspiración de la oligarquía trujillista, la cual mantuvo su hegemonía, dieron al traste, el 25 de septiembre del mismo año, con el primer gobierno del Partido Revolucionario Dominicano ( PRD ).
El gobierno del Triunvirato fue la secuela del golpe de Estado del 1963. En “abril de 1965, estalló el movimiento revolucionario, que se venía fraguando desde un tiempo atrás. Esta conspiración fue pospuesta en varias ocasiones, con el fin de lograr el día o el momento adecuado. El mejor momento fue, la celebración de la Semana Santa y la lectura del Sermón de las Siete Palabras. La Revolución , se inició el 24 de abril de 1965.
Uno de los gobiernos que ha tenido el país, después de finalizada la dictadura, fue el de don Antonio Guzmán Fernández, gobierno éste, que pasó los meses de abril sin ningún contratiempo político. Al parecer sus relaciones con todas las Iglesias, fueron mejores que las de los demás.
El turno más adverso, le tocó al gran civilista, doctor Salvador Jorge Blanco. Sectores de la oposición no vieron con agrado su estilo de gobernar. El gobierno que presidió Jorge Blanco, hasta hoy, ha sido el gobierno más civilista y democrático que haya tenido nuestro país; sin embargo, fue objeto de los vientos conspirativos del mes de abril y la Semana Santa.
Este gobierno, lo cercaron todos sus opositores, incluyendo algunos sectores de su propio partido, quienes estuvieron fraguando una huelga general, que sería montada después de finalizada la Semana Santa. La coincidencia no se hizo esperar. Como un acto de venganza, la oligarquía trujillista junto con los sectores más recalcitrante y en recordación de lo ocurrido el 24 de abril de 1965, montó su conspiración para el 24 de abril de 1984, como una ironía a la Revolución Constitucionalista, promovida por el PRD. Las consecuencias de esa fallida conspiración, todos las conocemos.
Joaquín Balaguer, durante sus dos administraciones gubernamentales, tanto en la de los doce años, así como la última de los diez años, nunca confrontó las dificultades políticas, que siempre ha traído el mes de abril, porque siempre estuvo gobernando con sus “magias”.
El PLD, perdió las elecciones congrecionales y municipales del 1998, después de la Semana Santa y el Sermón de las Siete Palabras.
Ahora le tocó el turno a Hipólito Mejía, navegar en las turbias aguas del mes de abril, después de la Semana Santa. Desde el sagrado púlpito, se le dió lectura al “Sermón de las Siete Palabras”. Fue seleccionado el “Dream Team” o el “All Star” del catolicismo romano. Como si se tratara de un juego de Sofball chata, le colocaron por cada ining (palabras) un sacerdote estrella, los cuales se la pusieron durísima al lanzador Mejía. Uno de los dirigentes del equipo, opinó que “Hipólito necesita la magia de Balaguer” para gobernar.
Ya los aprestos para la organización de varias huelgas, comenzaron en las vísperas de la Semana Santa. A modo de calentamiento, fue en Salcedo, Bayaguana y Licey Almedio, que se escenificaron los primeros ensayos, como preparativo para una huelga general.
Nosotros tenemos que recordar en qué consistía la “Magia de Balaguer”. Dicha magia, se fundamentaba en una serie de privilegios obtenidos por la Iglesia Católica; privilegios estos, que Balaguer se los cobraba con creces, a través de las líneas políticas bajadas de forma indirecta, y que de forma simulada, se escuchaban todos los domingos en los templos católicos. Un ejemplo claro lo fue las elecciones de 1996, con la candidatura del doctor José Francisco Peña Gómez.
Para que el mes de abril deje de ser un mes de reflexión para la conspiración, “los dirigentes políticos deben dejar a la Iglesia Católica actuar como iglesia, no como partido político o como fuerza de choque moral” ( Juan T.H. La Iglesia y el Estado, El Nacional, 22/4/01).



Lic. Luis Ma. Ruiz Pou:

Durante el mes de abril la Iglesia Católica organiza diversas actividades para conmemorar un aniversario más de la Semana Mayor. Dentro de estas actividades, está el “Sermón de las Siete Palabras”, el cual es leído todo los “Viernes Santos”. Para la lectura del mismo, participa un sacerdote por cada palabra quienes dan lectura; es decir, que son siete en total los participantes.
Las “Siete Palabras que pronunció Jesús en su calvario: Primera “Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen”; Segunda: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”; Tercera: “Mujer ahí tienes a tu hijo, hijo ahí tienes a tu madre”; Cuarta: “Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado? Quinta: “Tengo sed”; Sexta: “Todo ha sido consumado” y la Séptima: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”.
La Iglesia católica, aprovecha el Sermón en esa semana de Pascua, para enróstrales a los gobernantes, la situación socioeconómica en una clara oposición a su política administrativa. La Iglesia desde la aparición del mundo, siempre actúa de modo que le permita controlar la sociedad.
Nuestro país, ha tenido muy poca suerte con el mes de abril. Analizando los sucesos que se originaron desde la caída del régimen de Trujillo, llegaremos a la conclusión de que “abril”, es un mes de intranquilidad política, por las conspiraciones; veamos:
El derrocamiento de la tiranía Trujillista, el 30 de mayo de 1961, precedido del mes de “abril”, con la celebración de la Semana Santa y el Sermón de las Siete Palabras. En aquella ocasión, fue interrumpida la misa que tradicionalmente ofrecía Monseñor Panal, en la Vega, por un grupo de paleros al servicio del dictador Trujillo. Luego de estos acontecimientos, el Brigadier fue derrocado; sin embargo, Trujillo siempre benefició a la Iglesia Católica, a través del Concordato, menoscabando a las Iglesias Evangélicas (Cristianas). La Iglesia Católica, jugó un papel primordial en la conspiración para derrocar a Trujillo.
El golpe de Estado contra el gobierno del profesor Juan Bosch, no escapó a los vientos huracanados, del mes de abril de 1963. Después de transcurrida la Semana Santa y el Sermón de las Siete Palabras, comenzaron los movimientos de reafirmación cristiana, que unidos a la conspiración de la oligarquía trujillista, la cual mantuvo su hegemonía, dieron al traste, el 25 de septiembre del mismo año, con el primer gobierno del Partido Revolucionario Dominicano ( PRD ).
El gobierno del Triunvirato fue la secuela del golpe de Estado del 1963. En “abril de 1965, estalló el movimiento revolucionario, que se venía fraguando desde un tiempo atrás. Esta conspiración fue pospuesta en varias ocasiones, con el fin de lograr el día o el momento adecuado. El mejor momento fue, la celebración de la Semana Santa y la lectura del Sermón de las Siete Palabras. La Revolución , se inició el 24 de abril de 1965.
Uno de los gobiernos que ha tenido el país, después de finalizada la dictadura, fue el de don Antonio Guzmán Fernández, gobierno éste, que pasó los meses de abril sin ningún contratiempo político. Al parecer sus relaciones con todas las Iglesias, fueron mejores que las de los demás.
El turno más adverso, le tocó al gran civilista, doctor Salvador Jorge Blanco. Sectores de la oposición no vieron con agrado su estilo de gobernar. El gobierno que presidió Jorge Blanco, hasta hoy, ha sido el gobierno más civilista y democrático que haya tenido nuestro país; sin embargo, fue objeto de los vientos conspirativos del mes de abril y la Semana Santa.
Este gobierno, lo cercaron todos sus opositores, incluyendo algunos sectores de su propio partido, quienes estuvieron fraguando una huelga general, que sería montada después de finalizada la Semana Santa. La coincidencia no se hizo esperar. Como un acto de venganza, la oligarquía trujillista junto con los sectores más recalcitrante y en recordación de lo ocurrido el 24 de abril de 1965, montó su conspiración para el 24 de abril de 1984, como una ironía a la Revolución Constitucionalista, promovida por el PRD. Las consecuencias de esa fallida conspiración, todos las conocemos.
Joaquín Balaguer, durante sus dos administraciones gubernamentales, tanto en la de los doce años, así como la última de los diez años, nunca confrontó las dificultades políticas, que siempre ha traído el mes de abril, porque siempre estuvo gobernando con sus “magias”.
El PLD, perdió las elecciones congrecionales y municipales del 1998, después de la Semana Santa y el Sermón de las Siete Palabras.
Ahora le tocó el turno a Hipólito Mejía, navegar en las turbias aguas del mes de abril, después de la Semana Santa. Desde el sagrado púlpito, se le dió lectura al “Sermón de las Siete Palabras”. Fue seleccionado el “Dream Team” o el “All Star” del catolicismo romano. Como si se tratara de un juego de Sofball chata, le colocaron por cada ining (palabras) un sacerdote estrella, los cuales se la pusieron durísima al lanzador Mejía. Uno de los dirigentes del equipo, opinó que “Hipólito necesita la magia de Balaguer” para gobernar.
Ya los aprestos para la organización de varias huelgas, comenzaron en las vísperas de la Semana Santa. A modo de calentamiento, fue en Salcedo, Bayaguana y Licey Almedio, que se escenificaron los primeros ensayos, como preparativo para una huelga general.
Nosotros tenemos que recordar en qué consistía la “Magia de Balaguer”. Dicha magia, se fundamentaba en una serie de privilegios obtenidos por la Iglesia Católica; privilegios estos, que Balaguer se los cobraba con creces, a través de las líneas políticas bajadas de forma indirecta, y que de forma simulada, se escuchaban todos los domingos en los templos católicos. Un ejemplo claro lo fue las elecciones de 1996, con la candidatura del doctor José Francisco Peña Gómez.
Para que el mes de abril deje de ser un mes de reflexión para la conspiración, “los dirigentes políticos deben dejar a la Iglesia Católica actuar como iglesia, no como partido político o como fuerza de choque moral” ( Juan T.H. La Iglesia y el Estado, El Nacional, 22/4/01).

No hay comentarios:

Publicar un comentario