Por. Luis María Ruiz Pou.
Con la finalidad de reorganizar el
tránsito y todo lo relativo a la demanda y oferta del transporte en el área
metropolitana en nuestro país, fue creada mediante el Decreto No. 393-97 del 10
de septiembre de 1997, la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), como una
dependencia de la Presidencia de la República.
El primer director lo fue, el ingeniero
Hanlet Hermán, quien por su relación con el gobierno de Cuba, logró llevar el
primer grupo, jóvenes bachilleres y universitarios, futuros miembros a ser entrenados en asuntos
de tránsito. El subdirector fue el general Pedro de Jesús Candelier. Ambos
hicieron una buena combinación para poner en cintura a los violadores de la Ley
de Tránsito No. 241 del 28 de diciembre de 1967, la que más adelante fue
modificada por la No. 114-99 del 16 de diciembre de 1999.
Hanlet Herman Pedro de Js. Candelier Onesimo Gónzalez |
El uniforme original, fue una copia fiel y
exacta al de la policía metropolitana de la Habana, Cuba. Hoy, los miembros de
AMET, no exhiben la elegancia, la marcialidad, ni transmiten la autoridad de su
fundación (guantes blancos y sombreros al estilo de la policía montada de Canadá).
AMET era una institución disciplinada y
robusta, que todos admiraban por su labor en el ordenamiento del tránsito,
sobre todo, con los famosos choferes de carros públicos o del “concho” (los
dueños del país) y de las “voladoras con los cortes de pastelitos”.
Más adelante, fue transferida a la Policía
Nacional, mediante la Ley No. 96-04, del 28 de Enero de 2004. Inmediatamente fue convertida en la dirección de tránsito del cuerpo del
orden. Con la incorporación de agentes sin preparación, dicha institución inició
un proceso degenerativo de su AUTORIDAD y se
“cualquierizٴó” ya que cuentan las malas lenguas: “que todo lo que no sirve de
la Policía Nacional, va a parar a la AMET.”
La falta de conocimiento de la Ley de los
actuales miembros, junto con la formación trujillista (soy la autoridad) han
creado fricciones con conductores tanto del transporte público como privado.
La AMET pos Hamlet Herman, la han
convertido en una oficina recaudadora, a tal grado, que levantan contravenciones
a personas que nunca han sido sorprendidos en infracción a la Ley; éstos
agentes que para cumplir con las cuotas impuestas por los jefes, llenan actas
de infracción a nivel de escritorios (oficinas) -
Recordemos que en la Policía Nacional, después
de caída de la dictadura de Trujillo, fue muy común la compra a los jefes de
puntos de mucho movimiento vehicular por parte de agentes del Departamento de
Tránsito (las famosas esquinas).
Quien estas líneas escribe, por curiosidad
entré a la página web de la AMET y ¡Oh sorpresa!, aparezco con el Acta No. 2250752 de fecha 18 de septiembre del
2009, por mil pesos: la infracción: “ADITAMENTOS EN LAS PLACAS”, (plural) ¿Qué
tipo de aditamento?
Estoy conduciendo desde 1963 sin cometer
ningún tipo de infracción, por lo que no entiendo a ¡quién diablos! se le
ocurrió llenar dicha acta sin mi conocimiento. Sabemos que con la base de datos
de la Junta Central Electoral (JCE) se obtienen nombres y números de cédulas.
Parece que la presión por cubrir las
cuotas y la falta de conocimiento, empujan a estos señores a cometer errores
infantiles. ¿Quién les ha dicho a estos agentes que los vehículos tienen dos
placas? Se les olvido que sólo se utiliza una chapa en la parte trasera?
Para rescatar el prestigio perdido de la
Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), tiene que regresar a su origen y
para esto, el presidente Danilo Medina debe de llamar a tres personas: Hanlet
Herman, Onésimo González y Pedro de Jesús Candelier.
El autor es abogado y comunicador,
residente en Santo Domingo. pelandoelplatano@gmail.com